Con la agroecología otra agricultura es posible

“Somos cómplices de un sistema agroalimentario nocivo que ha ido empobreciendo las zonas rurales y ha ido intoxicando nuestras dietas” – Entrevista a Enrique Kolmans

Illa Liendo Tagle

Observatorio de Agua, Agroecología y Soberanía Alimentaria – Qawarisun
Centro Bartolomé de Las Casas

Cada 3 de diciembre se celebra el Día Mundial Contra el Uso de Agrotóxicos. La actual crisis internacional de agroquímicos hace que, en el 2022, esta fecha no pase desapercibida. El encarecimiento de fertilizantes y plaguicidas ha puesto en evidencia un sistema agrícola mundial altamente dependiente de estos insumos externos.

  Conversamos con Enrique Kolmans, agrónomo con más de 30 años impulsando en América Latina a la agroecología: una propuesta que une la ciencia con prácticas agrícolas a favor de la soberanía alimentaria y el desarrollo sostenible. La agroecología propone, por ejemplo, recuperar la fertilidad natural de los suelos con prácticas sostenibles, sencillas y de bajo costo. Desde la década de los 70, numerosas experiencias en el mundo demuestran que, con la agroecología, otra agricultura es posible.

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La agricultura industrial se caracteriza por el uso de agroquímicos y plantaciones de un solo cultivo: un modelo que causa graves daños en los ecosistemas y la salud humana.
Fotografía:
Aqua M.

¿Cuál es el impacto de los agroquímicos en los agroecosistemas?

Los fertilizantes en los agroecosistemas son la causa de toda la degradación de los suelos y la dependencia de los paquetes de insumos externos. Primero siempre viene el fertilizante químico y luego vienen los pesticidas. A continuación, viene la compactación de los suelos y llega, también, la necesidad de una mayor mecanización. Todo inicia con los fertilizantes químicos.

Un ejemplo sencillo es que las plantas que se nutren con fertilizantes químicos, sobre todo los nitrogenados, presentan un crecimiento celular sobredimensionado lo cual los hace muy vulnerables a los hongos y plagas. Y, por lo tanto, la consecuencia es que se recurre a los pesticidas. Lo mismo sucede con las malezas, que tienen una relación con la mecanización de los suelos, todo tiene que ver con los fertilizantes y su impacto negativo.

en el caso de los frutos, ¿hay también una relación con los agroquímicos?

En el caso de los frutos, también. Está comprobado que la materia seca de los productos como papas, granos y frutos, en general es menor. Es decir, los frutos son más perecibles y no tienen el mismo sabor tampoco. Ni los mismos contenidos por su desarrollo anormal y sobre forzado debido a los fertilizantes químicos.

Siempre se piensa que la producción agrícola es un proceso industrial que requiere insumos externos y que todo tiene que ser adquirido desde afuera. La agricultura industrial es la formación de la mayoría de los técnicos agrónomos. La agricultura industrial es la formación de la mayoría de los técnicos agrónomos. Eso es una gran desventaja para los y las productores.

Si vemos un ecosistema natural, como un bosque, nunca necesita de fertilizantes. A través de la fotosíntesis se genera biomasa y, así, se genera materia orgánica. Ese principio se replica y siempre ha existido en los sistemas agrícolas antes de la revolución industrial y a ese tenemos que volver.  Es posible regenerar los suelos mediante ese principio.

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Ejemplo de cerco de vivo de tarwi al borde una chacra. “Con la agroecología no se tienen que adquirir insumos externos, ni tampoco hacer inversiones ni gastos”, afirma Kolmans.
Fotografía:
Waterloo

¿Cuánto tiempo toma regenerar un suelo degradado?

Con una entre siembra de leguminosas en un cultivo de maíz o de otros cultivos. O con un abono verde podemos en una sola campaña agrícola generar un volumen de materia orgánica bastante apreciable.

Si tomamos, por ejemplo, cultivos como haba o tarwi. Son leguminosas que generan una gran masa de tallos, hojas, raíces que aportan una gran cantidad de fertilidad orgánica que alimenta a los microorganismos del suelo y estos, a su vez, hacen accesibles los minerales para las raíces de las plantas. Y eso es posible en una sola campaña.

Y, ¿es posible regenerar suelos en diferentes climas y ecosistemas?

Señalé el ejemplo del tarwi, o chocho, que es un gran generador de materia orgánica, a través de la biomasa. Lo mismo sucede con los suelos tropicales. Un ejemplo es la leguminosa llamada “mucuna”, que se siembra con el maíz y que hace que ya no sea necesaria la roza y quema en las zonas selváticas. De esta manera, los suelos ya no se agotan.

Asimismo, lo saben muchos agricultores en las partes andinas, que un periodo de descanso con cultivo de alfalfa o raygrass son grandes regeneradores de suelo que ya no hacen necesario que los suelos descansen sin ningún cultivo, sino podemos seguir cultivando permanentemente, un cultivo detrás de otro, pero eso implica rotación y asociación de cultivos con una gran proporción de leguminosas.

¿Cuál es el potencial rol de la agroecología en la crisis actual de agroquímicos?

Es una gran oportunidad. El suelo lo han hecho dependiente de los agroquímicos, de los fertilizantes y su precio se duplicó. Esto nos brinda una gran oportunidad de fomentar las soluciones agroecológicas. Sobre todo, para recuperar la fertilidad orgánica de los suelos a través de las prácticas que no son difíciles y son accesibles para todo el mundo porque prácticamente no tienen costo.

Con la agroecología no se tienen que adquirir insumos externos, ni tampoco hacer inversiones ni gastos. Al contrario, como mostró un dato de Naciones Unidas reciente sobre degradación de suelos, un dólar invertido genera 7 hasta 30 dólares de resultados en la regeneración de esos suelos.

Es nuestra única solución, además. Con los fertilizantes químicos solo contaminamos, ya más de la mitad de los suelos agrícolas en el mundo ya están afectados por estas malas prácticas y no tenemos otra solución.

Desde las ciudades, ¿de qué manera se puede apoyar la implementación de una agricultura agroecológica?

Está bien la tendencia actual, muchos consumidores quieren productos libres de sustancias químicas. Pero un producto libre de sustancias químicas no necesariamente es un producto agroecológico. Por lo tanto, si como consumidor urbano quiero realmente apoyar este cambio tengo que apostar realmente por la agroecología y no solamente decir: quiero un producto limpio y sano. Esto último ha fomentado una tendencia a lo que llamamos “agroecología chatarra”, donde la agricultura ecológica practica el monocultivo, y no la aplicación de los principios agroecológicos. Quiere decir que como consumidores y consumidoras tengo que asumir también estos principios y dirigir mi compra, así mi actitud política.

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El cultivo de leguminosas, como el tarwi (Lupinus mutabilis), permite recuperar suelos degradados sin usar agroquímicos.
Fotografía:
R. Zindel

¿De qué forma concreta podría alguien tener acceso a información de productores agroecológicos? Y no caer en la agroecología chatarra

Tenemos que formar iniciativas de consumidores y consumidoras que nos articulen esas opciones con las comunidades que practican la agricultura familiar comunitaria, que son la mayoría en la región del Cusco.

Tenemos que articularnos con ellos y permitir que, en determinados espacios urbanos, accesibles, se establezcan espacios de comercialización de estos productos sin caer en la facilidad de “o me voy al supermercado o consumo un producto agroecológico campesino”. No. Hay que tomar una posición.

Somos cómplices de un sistema agroalimentario nocivo que ha ido empobreciendo las zonas rurales y que ha ido intoxicando nuestras dietas. Porque si vamos hoy a los supermercados tenemos hoy alimentos llenos de sellos que indican alto contenido de grasa, alto contenido de azúcar y lo que no nos indican es que también tienen un alto contenido de sustancias tóxicas.

Sabemos que un alto porcentaje de alimentos producidos en el Perú están contaminados por agroquímicos. Por eso no tenemos otra opción que apoyar realmente a las comunidades que producen aún sin estos productos.

Entonces, ¿podríamos ser cómplices también de un cambio de modelo hacia una agricultura agroecológica?

Podríamos, por supuesto. Pero significa asumir una actitud más proactiva y no simplemente decir: “yo como consumidor hoy voy al supermercado y mañana si quiero mañana voy a un mercado campesino agroecológico”. Dicho sea de paso, en el Perú casi no tenemos mercados agroecológicos, todo está mezclado y no podemos distinguir como consumidores estos productos y esto significa que nos organicemos como sociedad civil.

Posibles destacados:

·  “Con los fertilizantes químicos solo contaminamos, más de la mitad de los suelos agrícolas en el mundo están degradados”

·  “Somos cómplices de un sistema agroalimentario nocivo que ha ido empobreciendo las zonas rurales y que ha ido intoxicando nuestras dietas”

·  “Tenemos hoy alimentos llenos de sellos que indican alto contenido de grasa, alto contenido de azúcar y lo que no nos indican es que también tienen un alto contenido de sustancias tóxicas”.

·  “Un bosque nunca necesita fertilizantes: es posible regenerar los suelos mediante ese principio”

Biografía del entrevistado

Enrique Kolmans es agrónomo especializado en Agroecología y Desarrollo Rural Sostenible. Tiene alrededor de 25 años en la cooperación para el desarrollo rural de la agricultura familiar en la Amazonía y región andina del Perú y en 16 países de América Latina y del Caribe. En la última década, se ha dedicado a la conducción de su granja agroecológica y la organización y dirección de programas de desarrollo territorial y agroecológico. Actualmente, es asesor del Centro Bartolomé de Las Casas en Agroecología y Soberanía Alimentaria y dirige su granja agroecológica en Huánuco, Perú.

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